‘MISTRESSES’: mujeres de verdad

Es una gran desconocida para muchos, pero ‘Mistresses’, la serie de la BBC, es uno de los mejores dramas de las televisión británica de los últimos años. Cuando se habla de series de mujeres, sólo salen a relucir dos nombres: ‘Sex and the City’ y ‘Desperate Housewives’, sin embargo, ambas están a años luz de ‘Mistresses’.

Finalizada en 2010, tras 16 episodios divididos en tres temporadas, la serie cuenta, de forma brillante, la vida de cuatro amigas de mediana edad: Katie, Trudi, Shioban y Jessica, interpretadas de manera magistral por Sarah Parish (‘The Pillars of the Earth’), Sharon Small (‘Murderland’, ‘Downtown Abbey’), Orla Brady (‘Fringe’) y Shelley Conn (‘Dead Set’, ‘Terra Nova’), respectivamente. Nos introducimos en sus vidas, descubriendo sus aventuras y tareas cotidianas, todo combinado con un poco de suspense ‘Made in British’, es decir, de calidad.

Cuatro mujeres con cuatro personalidades totalmente diferentes que sólo convergen en un punto: la amistad que las une. Al comenzar ‘Mistresses’ nuestras protagonistas son, más o menos, de esta manera:

Katie: es psiquiatra y tiene una relación en secreto con un paciente casado al que le han diagnosticado un cáncer terminal. Ni siquiera se ha atrevido a contárselo a sus amigas.

Jessica: es la más joven del grupo y trabaja en una agencia organizadora de eventos. Es muy desinhibida y su único objetivo es disfrutar con el hombre que le vaya apeteciendo. Huye del compromiso totalmente.

Shiobhan: es abogada, está casada y su matrimonio es idílico. Sin embargo, el bebé que buscan no llega, y eso genera malestar en la pareja…

Trudi: es una ama de casa viuda después de que su marido falleciera en el 11S. Lleva muchos años sin tener relaciones con un hombre, lo que le ha generado inseguridad. Parece que ya sólo vive para sus hijas y sus amigas.

Cuando acaba la serie no hay rastro de estas cuatro mujeres. Su cambio, el que vemos a lo largo de los 16 capítulos, las deja a todas irreconocibles. El espectador observa desde un sitio privilegiado la evolución de cada personaje, y a lo largo de este viaje, las contempla en todos sus estados, viendo la humanidad de las cuatro. Y eso se disfruta desde el primer minuto.

Viendo ‘Mistresses’ uno sufre, se emociona, ríe y llora. Todo tiene cabida porque se trata de una serie muy completa, que basa su éxito en el que a día de hoy es el principal baluarte de las series de televisión: la evolución de los personajes y la pausa justa para desarrollar una trama llenándola de matices. Esto no quiere decir, ni mucho menos, que ‘Mistresses’ sea lenta o ‘difícil’ de seguir, más bien lo contrario: su visionado se hace sencillo e incluso adictivo.

Como único punto negativo se le puede achacar que no mantiene el estratosférico nivel de la primera temporada (seis episodios), pero aún así raya a una gran altura gracias a tres pilares fundamentales: la interpretación de sus protagonistas, los fantásticos guiones con giros argumentales muy buenos y una realización soberbia.

También hay algo importante de resaltar en ‘Mistresses’ y es el papel de los hombres: no son dibujados como monstruos ni como salidos o pardillos, algo muy recurrente en las series femeninas. Los hombres de ‘Mistresses’ son un complemento vital en la serie y se comportan al igual que las mujeres: lloran, aman, protegen, mienten…

Para los que puedan pensar que ‘Mistresses’ es una serie exclusivamente para mujeres, hay que aclarar que se trata de un grave error. Su calidad está por encima de sexos. Su factura es brillante, y se trata de una obra fabulosa que engancha desde su inicio gracias al carisma de los personajes. Y además sus protagonistas son mujeres de las que te enamoran… A mí, por lo menos, lo hicieron.

Una respuesta a “‘MISTRESSES’: mujeres de verdad

  1. Ni siquiera había oído hablar de ella… pero ya está añadida a la lista de pendientes… Me fío de tí!! XD

Deja un comentario